Me sentía extraña, como si no tuviera cuerpo, de pronto vi a Ray y george, Ray mi querido Ray. Estaba a salvo ¿pero dónde? ¿dónde estabámos?.
Me niré de arriba hacia abajo y vi que andaba sobre una nube y vi una especie de paaiso. ¿estaría en el cielo? Cuando llegue hasta ellos, les pregunté,
- ¿donde estamos?
- Estamos muertos Bea- dijo Raymond
- no digas tonterias- dije riéndome
- entonces mira a tu alrededor
Era verdad, estabámos en el cielo. Allí había mucha gente, paseaban sobre las nubes y se les veía felices.
Me abrace a Ray y me puse a llorar, ya no volvería a ver más a mi familia, ni amigos.
Una persona vinó hacía nosotros, seguramente era un Santo, porque llevaba un arito en la cabeza.
- Os llevaré ante S. Pedro, el que guarda el cielo.
No dijimos nada, y fué cuando nos hallamos ante él.
- Muchachos, bienvenidos al cielo, a llegado vuestra hora, espero que aquí os sintaís bien.
- !no es justo! dije yo
- oh, ya me lo imagino, cuando esteís un tiempo , os acostumbrareís, aquí todas las personas son felices y empiezan a sentir tranquilidad y paz.
- A nosotros nos gustaría ver y volver con nuestras familias.
- todo llegará, cuando mueran
- Somos muy jóvenes, ni siquiera hemos formado familia ninguno de los tres.
- Siento lo que os pasado, pero así lo ha querido Dios.
Yo me quedé impasible, siempre imagine que uno se sentía bien en el cielo y yo no sentía esa paz dichosa que tanto hablaban.
De repeente San Pedro dijo: Sólo podriaís conseguir un favor por parte de Dios, si voostros le hicieseís otro.
- ¿cuál? dije yo
- Es casi imposible chicos, pero os veo tan jóvenes y con tantas de vivir, que sería la última oportunidad de volver a la tierra.
Consiste en ir a buscar, en un sitio llamado la Cueva de las Calaveras, unas almas pérdidas, son tentadas por el demonio. Si al menos tuvieran cuerpos sería más fácil, pero al no tenerlos se sienten desgraciadas, y actúan a favor de Lucifer. Eso lo que tendriaís que hacer!.
- ¿cuándo podemos marcharnos? preguntó Ray
- si quereís hoy mismo !mucha suerte! y tener mucho cuídado!
San pedro se fué alejándose de nosotros.
Al salir George dijo.- anda nos has metido en un gran lío
- no quieres volver a la tierra?
- por supuesto, que quiero regresar
- Si hacemos ese favor, quizás Dios nos devuelva nuestros cuerpos y volvamos a la tierra.
Ray dijo: Un momento, si esas almas pérdidas son tentadas por el demonio, porque no tienen cuerpo !nosotros tampoco los tenemos! Además ¿sabeís dondé está esa cueva?
- no dije yo ¿y tu George?
- Si, en el valle de la muerte, detrás de aquellas montañas
- ¿ y cómo podemos llegar? preguntó Ray
-¿No te acuerdas? Somos almas, y podemos volar
Raymond abrió los brazos y los agitó como si fuese un pajarraco
George y yo empezamos soltamos unas carcajadas, no pudimos evitar de reirnos.
- !Ray! le dije yo- Tienes más poca imaginación de lo que yo pensaba.
Seguirá............
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario